Lo normal.
Marina. El bolso, el abrigo, el periódico, el gorro, la bufanda, me levanto, giro inesperado, me balanceo, apoyo la espalda contra una pared, recupero el equilibrio, arrugo el periódico, lo meto en el bolso, se me enreda el ipod en la bufanda, dejo el bolso, la bufanda, el ipod, el sombrero en el asiento otra vez. Tomo el abrigo, es de lana azul, me lo regaló mi madre por mi treinta cumpleaños seis meses antes de cumplirlos, porque hacía frío y el abrigo es muy bonito. Siempre me da los regalos meses antes del día de la celebración, luego me vuelve a hacer otro regalo ese día. El sombrero también me lo regaló ella. Tomo el abrigo y lo apoyo en mi espalda, con la mano derecha cojo la manga izquierda del jersey para llevarla a los dedos de mi mano izquierda que tiban el jersey como una pinza, e introduzco el brazo en la manga del abrigo. Vanessa, primero una y luego la otra, así, despacio. Otro giro y frenazo, me agarro a la barra y me estabilizo. Cinco de la tarde, se abre la verja de primaria del Font Rosella, salimos corriendo buscando entre todas las madres a nuestra madre, y solo vemos faldas de lana a la altura de las rodillas, rojas, verdes, azules. Vanessa qué guapa es tu mamá, mi mamá se ríe, miro a otras madres, no sé qué significa ser guapa, no lo pregunto, no es importante, como el resto de cosas que no he aprendido hoy y no tendré que olvidar veinticinco años más tarde. Vanessa, primero una y luego la otra, así, despacio. Cógete el jersey, así, con los dedos y ahora mete la mano por aquí, así, y ahora la otra, el jersey, adentro, muy bien. Y ahora los botones, la bufanda, el gorro, la mochila, los guantes, dame un beso. Arc de triomf.
Marina. El bolso, el abrigo, el periódico, el gorro, la bufanda, me levanto, giro inesperado, me balanceo, apoyo la espalda contra una pared, recupero el equilibrio, arrugo el periódico, lo meto en el bolso, se me enreda el ipod en la bufanda, dejo el bolso, la bufanda, el ipod, el sombrero en el asiento otra vez. Tomo el abrigo, es de lana azul, me lo regaló mi madre por mi treinta cumpleaños seis meses antes de cumplirlos, porque hacía frío y el abrigo es muy bonito. Siempre me da los regalos meses antes del día de la celebración, luego me vuelve a hacer otro regalo ese día. El sombrero también me lo regaló ella. Tomo el abrigo y lo apoyo en mi espalda, con la mano derecha cojo la manga izquierda del jersey para llevarla a los dedos de mi mano izquierda que tiban el jersey como una pinza, e introduzco el brazo en la manga del abrigo. Vanessa, primero una y luego la otra, así, despacio. Otro giro y frenazo, me agarro a la barra y me estabilizo. Cinco de la tarde, se abre la verja de primaria del Font Rosella, salimos corriendo buscando entre todas las madres a nuestra madre, y solo vemos faldas de lana a la altura de las rodillas, rojas, verdes, azules. Vanessa qué guapa es tu mamá, mi mamá se ríe, miro a otras madres, no sé qué significa ser guapa, no lo pregunto, no es importante, como el resto de cosas que no he aprendido hoy y no tendré que olvidar veinticinco años más tarde. Vanessa, primero una y luego la otra, así, despacio. Cógete el jersey, así, con los dedos y ahora mete la mano por aquí, así, y ahora la otra, el jersey, adentro, muy bien. Y ahora los botones, la bufanda, el gorro, la mochila, los guantes, dame un beso. Arc de triomf.
 ¿Por qué son  invisibles las manos de las mujeres, la voz de  las mujeres, incluso sus cuerpos, bien tapándolos o reduciéndolos a la  mínima expresión? ¿Quién decide cuáles son las cosas  importantes? Lo que tenemos que  aprender, quiénes deben ser las personas  importantes, qué es lo  que tenemos que valorar positivamente, lo que tenemos que valorar  negativamente y lo que debemos simplemente ignorar. Lo que tenemos que  pensar y lo que no tenemos que pensar por que esas palabras todavía no  tienen nombre.  
Es normal. Lo normal es lo sigue  la norma ¿y quién ha puesto las normas del juego? Yo no juego con estas normas.  Yo no quiero ser la  mala, la bruja, la puta, la madre invisible, la hija perfecta, la arpía,  la lagarta, la loba, la beata, la princesa, la reina de la fiesta, la  esposa fiel, la que está detrás de un gran hombre, la que se disfraza de  hombre para ser una gran mujer, la que se sacrifica por todos los demás, la que perdona, la  que teme, la que necesita, la que sabe encajar los golpes, el sexo débil, una zorra, una nenaza, un coñazo, tu puta  madre, la chacha, una señorita, una bollera.  
¿Todas estas cosas las  decidieron los hombre o las mujeres? Además de ser las  víctimas quieren  que seamos las culpables.  Un plan perfecto. No es misoginia, es cultura, no hay asesinos de mujeres hay violencia  de género ¿ Por qué no existe una  palabra que defina el odio hacia los hombres (¿misoandrinia?)? ¿Para que no lo podamos  sentir, nombrar, pensar,  realizar?¿ Por qué el machismo  defiende la superioridad  y el feminismo la  igualdad? ¿Es miedo,  es cobardía, es modestia o es el límite entre lo visible y lo  invisible, lo que se puede pensar y lo que no? Tabús y eufemismos  ¿qué a quién benefician?.  
¿Qué hay más importante  que saber salir corriendo de la cárcel de una mala educación, no saber  entender lo incomprensible, no  integrarte en la mecánica de lo invisible, recordar quién te trajo al  mundo, quien te dio abrigo, que el amor, el calor  y el mundo te pertenecen, que te perteneces a  ti misma. No dejarte arrollar por la velocidad, los giros y los frenazos  de la máquina que quiere conducir tu destino. Que te de fuerzas  para levantarte el nombre de una mujer, tu propio nombre, bajarte en un  lugar decidida a vencer. Comenzar por amar a quien te ama. 
Propongo que lo normal  sean otras normas. Que las reglas del juego las escribamos nosotras.  Que le demos nombre a las palabras de un nuevo lenguaje que le de voz,  manos y cuerpo a todas las mujeres invisibles. Nuevas definiciones  para nuevas palabras. Nuevos valores que valoren quienes somos nosotras,  construidos por mujeres y para mujeres. 
El  feminismo ya no puede seguir siendo una defensa ha de ser una nueva  construcción, un ataque persistente y sistemático de la superioridad de  la inteligencia a los que nos sometieron por la fuerza física a un orden asesino de  mujeres y de todo lo femenino. 
Estado Mental 7
29 enero 2012
