EDUCACIÓN
EMOCIONAL.
Cerebro emocional, racional e
instintivo.
Todas
las personas tenemos tres cerebros dentro del cerebro identificados
físicamente. Uno se encarga de los procesos racionales, otro de los emocionales
y otro de los instintos. La mayoría de las veces estos tres cerebros van
descoordinados entre ellos, así que hay que coordinarlos porque lo que pasa en
uno de ellos afecta a los otros dos y lo que hacemos, la manera en cómo
actuamos es el resultado de la interacción entre los tres. La persona
inteligente es la que dirige los tres cerebros al mismo tiempo.
En
nuestro cerebro tenemos una parte consciente y 9 inconscientes. El
autoconocimiento es una autoconstrucción, una indagación en el inconsciente.
Las personas primero sentimos y luego pensamos. Cuando vivimos una experiencia
las emociones la interpretan y se activa una reacción química que nos
predispone a una acción. Constantemente nuestro cerebro interpreta situaciones
(miedo, placer, angustia) y se activan químicas hormonales a través de la
sangre. La interpretación inconsciente es la que provoca la química.
Tenemos
que aprender a leer la activación química, ponerle nombre a nuestras emociones
porque la activación química es la que nos hace sentir, expresarnos físicamente
y nos predispone a una determinada decisión.
Programar nuestras creencias para
autocrearnos.
Todas
las personas tenemos programas cerebrales, en una pequeña proporción de
herencia genética y una gran proporción de experiencia vivida. De esta manera
si nos esforzamos en vivir una experiencia nuestro cerebro creará un programa
para integrarlo como hábito. Tenemos la capacidad de esculpir nuestro propio
cerebro. Es el mismo proceso que cuando aprendemos a caminar, a base de
levantarnos después de caernos creamos la capacidad de caminar sin caernos.
Tenemos un 70% de capacidad de autocreación y un 30% de piloto automático. Las
personas decidimos hasta qué punto queremos crearnos. Tenemos redes neuronales
que constantemente se crean y otras que dejamos de utilizar. De la misma manera
que entrenamos nuestro cuerpo: si entrenamos nuestro brazo izquierdo para coger
10 kilos de peso lo conseguiremos día a día cogiendo cada día un poco más de
peso.
Para
hacer este entrenamiento de manera mental tenemos que probar la experiencia
constantemente y visualizarnos haciéndola.
Nos
puede ayudar a ser más conscientes y controlar nuestros tres cerebros hacer
respiraciones profundas, meditación y relajándonos.
Las emociones se pueden agrupar en
cuatro familias con diferentes matices.
ALEGRÍA:
entusiasmo, ilusión, felicidad, confianza, bienestar, amor, esperanza,
diversión.
TRISTEZA:culpa,
frustración, desesperación,depresión,pena, remordimiento,decepción.
RABIA:
cólera, ira, enfado, odio, envidia, celos, irritabilidad, rencor.
MIEDO:
vergüenza, desconfianza, asco, preocupación, angustia, ansiedad, sorpresa,
pánico, terror.
Todas
las emociones tienen una función se ayuda y estrategia a la persona.
La
alegría nos activa expandiéndonos al mundo con la función de relacionarnos con
el mundo, celebrar la vida y generando ambiciones.
La
tristeza nos recoge en nuestro interior con la función de superar una pérdida o
un fracaso. En el recogimiento generamos energía para superarlo pero si no
aceptamos la tristeza se hace crónica y aparece la depresión.
La
ira nos activa focalizando el ataque con la función de superar dificultades,
obstáculos y amenazas.
El
miedo nos activa para la huido con la función de evitar peligros y miedos.
Gracias
a las emociones hemos podido sobrevivir pero todas las emociones producen una
misma cosa: la tensión de la musculatura, por eso necesitamos relajarnos. Las
emociones son una estrategia de adaptación, son funcionales y útiles pero no
hay que dejar que nos superen, que no las queramos sentir o que nos colapsen.
Requieren
que estemos atentas a ellas durante toda la vida, a veces aparecen al mismo
tiempo y otras unas enmascaran a otras. A veces rabia enmascara a tristeza.
La
inhibición de las emociones baja las defensas.
Es
imposible no comunicar: comunicamos con nuestra vestimenta, nuestros
movimientos, nuestro tono de voz, también comunicamos nuestras creencias y
emociones inconscientemente.
GESTIONAR LAS EMOCIONES.
Es
importante que gestionemos nuestras emociones. De la inhibición a la
impulsividad hay muchos grados, siendo éstas dos extremos. La inhibición está
en un extremo reprimiendo, no dejamos salir la emoción, de manera consciente o
inconsciente. No inhibimos siempre o nunca, depende en qué situación y depende
de qué emociones.
Las
emociones son energía física y si la inhibimos no desaparece, se queda dentro
colapsada y baja el sistema inmunitario en la intensidad que la inhibimos. La
intensidad de inhibición de la emoción es cuantitativamente correspondiente con
la intensidad de la enfermedad.
La
impulsividad es expresar la emoción tal y como la siento y en principio es algo
muy sano, el problema es que no podemos prever nuestro comportamiento o que nos
reiteremos en una emoción en concreto, por ejemplo una persona que está
enfadada por todo o preocupada por todo también tiene una bajada d defensas. Es
necesario dirigir la energía de nuestros impulsos hacia actitudes que deseemos,
por ejemplo hacer actividad física.
Es
bueno observarse a una misma y situarse en el presente, en el aquí y ahora.
Esto lo podemos hacer mediante la relajación y respiraciones. Estos actos de
consciencia nos sirven para programarnos.
En
la indagación en nuestro inconsciente es necesario aceptar lo que nos sucede o
lo que sentimos para poder modificarlo si nos interesa y redirigirlo. Es bueno
aceptar nuestros propios errores y ser comprensivas y flexibles con nosotras
mismas. También es esencial calibrar lo importante de lo no importante y
desprenderse de lo que nos molesta.
Las
mujeres debemos ocuparnos de lo que podemos hacer no pre-ocuparnos. No hay que
instalarse en la emoción, sino en la acción. Si de la preocupación pasamos a la
ocupación la preocupación disminuye y la ocupación aumenta.
Las
mujeres tenemos que pasar de ser víctimas a ser protagonistas. Detrás del miedo
hay una oportunidad, hay que arriesgarse, si sale bien, ganamos, si sale mal,
aprendemos a hacerlo mejor la próxima vez. Si no nos arriegamos perdemos seguro
la oportunidad.
Lo que captamos de la realidad.
Lo
que captamos de la realidad es un mapa y no un territorio y desde luego todas
las personas piensan que el mejor es el suyo propio porque es fruto de su
propia experiencia, expectativas e intereses. Depende de para qué estemos
programadas veremos unas cosas u otras. Depende de nuestra mirada al mundo
veremos oportunidades,virtudes,belleza, justicias, posibilidades y amor, o
bien, defectos, debilidades, déficits.
¿
Cómo podemos cambiar nuestra experiencia interna?
Haciendo un curso, leyendo un
libro, viendo una película, haciendo un viaje…
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